Shortbread, ¡las galletas de mantequilla más buenas del mundo!
¡Mi primer post!
¡Y aquí estoy, inaugurando Bakery Dreams! Hace muchísimo tiempo que rondaba en mi cabeza la idea de hacer un blog de repostería y por fin me he decidido (en parte para dejar de oír a mis amigos y familia insistir en ello...)
Empecé hace un par de años o tres con la repostería gracias a mi mejor amiga... y desde entonces no he parado; me encanta buscar recetas nuevas, técnicas, formas, sabores y sobretodo acabar con la cocina llena de azucar glass ¡por todos lados! (lo que acaba desesperando a mi pareja jaja).
Para mi primera receta en Bakery Dreams he elegido el Shortbread, unas deliciosas galletas de mantequilla de origen escocés, perfectas para la hora del té, el desayuno o cualquier otro momento, ¡están tan ricas que no durarán nada en el plato!.
La receta que os pongo a continuación es la que me "chivó" hace unos años un amigo escocés, según la hacia su madre y os aseguro que es para chuparse los dedos.

INGREDIENTES:
- 250 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 150 gr de azúcar
- 180 gr de harina de trigo
- 180gr de harina de arroz
- La harina que admita durante el amasado
1. Precalentamos el horno. Aunque tradicionalmente el shortbread se cocina a baja temperatura, después de varios desastres en el horno (se me acabaron "derritiendo las galletas"), opté por hornearlas a 220ºC, durante 10 min o hasta que este ligeramente doradas. ¡No os despeguéis del horno! se queman en un visto y no visto.
1. En primer lugar (con ayuda de unas barillas electricas mucho mejor), mezclamos la mantequilla con el azúcar, hasta obtener una textura cremosa. Por eso es tan importante que la mantequilla esté blanda, a temperatura ambiente.

2. Poco a poco, añadimos la harina tamizada. Podemos empezar ayudandanos de las barillas pero lo mejor es continuar amasando manualmente, enharinando bien las manos.
3. Cuando hayamos acabado de incoroporar la harina, continuamos amasando (añadiendo la harina necesaria, mejor si es de arroz) hasta que no se nos pegue a las manos.
4. Ya podemos estirar la masa y cortarla con las formas que más nos guste (en Escocia la cortan en triángulos, circulos o rectángulos, decorados con incisiones hechas con un tenedor)
En mi caso, como eran un "regalo" para los compañeros de trabajo de mi novio, decoré las galletas con glasa real de dos colores y colorante alimentario.
Vosotros podéis decorarlas como queráis, aunque os recomiendo el chocolate y el dulce de leche, ¡quedan de muerte!
¡Hasta la próxima receta!
